Son muchos los errores que cometemos en la cena. Casi todos por exceso o por omisión, pues no sabemos cómo mantener un equilibrio. Según la nutricionista dietista Diana Patricia Bernal, la velocidad de las funciones metabólicas se reduce en las horas de la noche, por eso el metabolismo se hace más lento. De ahí la necesidad de ayudarlo con alimentos que no impliquen un complejo proceso de digestión.
Un cena desequilibrada es la causa de mala digestión, exceso de calorías que se almacenan en depósitos de grasa, insomnio, pesadez y estreñimiento. Además, podemos comenzar el día siguiente con dolor de cabeza o falta de energía, aunque hayamos dormido mucho.
La experta nos recomienda qué tipo de alimentos no deben incluirse en la dieta nocturna:
1. Carbohidratos: están llenos de calorías. Por eso, son esenciales en el desayuno, pues nos proporcionan energía para el día, pero en la noche solo se acumularán en nuestro abdomen, caderas y muslos. Especialmente los carbohidratos vacíos, es decir, que solo aportan calorías como galletas, panes y pastas.
2. Carnes rojas: su proceso de digestión es muy lento y eso quiere decir que nuestro organismo lo estará digiriendo gran parte de la noche.
3. Grasas: dice la experta Patricia Bernal que también son alimentos que producen muchas calorías y hacen la digestión más lenta. Tampoco se recomiendan los embutidos como salchichas, porque aumentan la grasa corporal.
4. Alimentos que producen gases: aunque a veces pensamos que las verduras nos ayudarán a tener una cena liviana y a mantener nuestro peso, lo cierto es que muchos producen gases: habichuela, brocoli, coliflor, cebolla, pimenton, lechugas, acelgas. “Producen flatulencia e inflamación intestinal, no recomendables para personas con colon irritado”, aconseja la experta.
5. Frutas: es también un error creer que una cena con frutas es saludable y nos provee pocas calorías. Lo cierto es que si dejamos las tres porciones diarias para esta hora del día, estaremos prescindiendo de otros alimentos que son necesarios; además, estas tienen alto contenido de fructuosa que significa, azúcar.
6. Lácteos: debido a quienes sufren alergia a la lactosa o esta les cae mal, tomar leche en las noches puede inflamar. Dice la doctora Bernal que “puede producir exceso de ácido en el estómago, debido al caseinato de calcio e inducir a reflujo estomacal. Este componente también está presente en salsas de la comida oriental que pueden producir migrañas”.
7. Estimulantes: las bebidas con cafeína provocan insomnio pues bloquean un receptor del efecto sedante: la adenosina.
8. Picante: puede producir reflujo o acidez estomacal.
Entonces, ¿qué comer?
Alimentos bajos en calorías, como ciertos tipos de proteína: picar queso, huevo, jamón bajos en grasa y sal, pollo desmenuzado, pescados, frutos secos como nueces, maní, almendras, pistachos, semillas de girasol, ajonjolí u otro tipo de vegetales que no sean los antes nombrados, que producen flatulencias; una gelatina dietética si se está en dieta para bajar peso, 1 vaso de leche de almendras sin azúcar o de quinoa, recomienda la nutricionista Diana Patricia Bernal.
Puedes incluir algunos carbohidratos integrales, para que tengas energía a la mañana siguiente.
IMPORTANTE: no dejar de comer. El organismo necesita la energía que dan los alimentos para realizar sus funciones. Tampoco se debe comer muy poco, pues se corre el riesgo de querer ingerir algo más tarde. Pasar hambre en la noche influye para que en la mañana nos despertemos con dolor de cabeza o con poca energía.
Un cena desequilibrada es la causa de mala digestión, exceso de calorías que se almacenan en depósitos de grasa, insomnio, pesadez y estreñimiento. Además, podemos comenzar el día siguiente con dolor de cabeza o falta de energía, aunque hayamos dormido mucho.
La experta nos recomienda qué tipo de alimentos no deben incluirse en la dieta nocturna:
1. Carbohidratos: están llenos de calorías. Por eso, son esenciales en el desayuno, pues nos proporcionan energía para el día, pero en la noche solo se acumularán en nuestro abdomen, caderas y muslos. Especialmente los carbohidratos vacíos, es decir, que solo aportan calorías como galletas, panes y pastas.
2. Carnes rojas: su proceso de digestión es muy lento y eso quiere decir que nuestro organismo lo estará digiriendo gran parte de la noche.
3. Grasas: dice la experta Patricia Bernal que también son alimentos que producen muchas calorías y hacen la digestión más lenta. Tampoco se recomiendan los embutidos como salchichas, porque aumentan la grasa corporal.
4. Alimentos que producen gases: aunque a veces pensamos que las verduras nos ayudarán a tener una cena liviana y a mantener nuestro peso, lo cierto es que muchos producen gases: habichuela, brocoli, coliflor, cebolla, pimenton, lechugas, acelgas. “Producen flatulencia e inflamación intestinal, no recomendables para personas con colon irritado”, aconseja la experta.
5. Frutas: es también un error creer que una cena con frutas es saludable y nos provee pocas calorías. Lo cierto es que si dejamos las tres porciones diarias para esta hora del día, estaremos prescindiendo de otros alimentos que son necesarios; además, estas tienen alto contenido de fructuosa que significa, azúcar.
6. Lácteos: debido a quienes sufren alergia a la lactosa o esta les cae mal, tomar leche en las noches puede inflamar. Dice la doctora Bernal que “puede producir exceso de ácido en el estómago, debido al caseinato de calcio e inducir a reflujo estomacal. Este componente también está presente en salsas de la comida oriental que pueden producir migrañas”.
7. Estimulantes: las bebidas con cafeína provocan insomnio pues bloquean un receptor del efecto sedante: la adenosina.
8. Picante: puede producir reflujo o acidez estomacal.
Entonces, ¿qué comer?
Alimentos bajos en calorías, como ciertos tipos de proteína: picar queso, huevo, jamón bajos en grasa y sal, pollo desmenuzado, pescados, frutos secos como nueces, maní, almendras, pistachos, semillas de girasol, ajonjolí u otro tipo de vegetales que no sean los antes nombrados, que producen flatulencias; una gelatina dietética si se está en dieta para bajar peso, 1 vaso de leche de almendras sin azúcar o de quinoa, recomienda la nutricionista Diana Patricia Bernal.
Puedes incluir algunos carbohidratos integrales, para que tengas energía a la mañana siguiente.
IMPORTANTE: no dejar de comer. El organismo necesita la energía que dan los alimentos para realizar sus funciones. Tampoco se debe comer muy poco, pues se corre el riesgo de querer ingerir algo más tarde. Pasar hambre en la noche influye para que en la mañana nos despertemos con dolor de cabeza o con poca energía.
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